Este 11 de marzo más de 8 millones de cubanos y cubanas eligen a sus legisladores para las asambleas provinciales y nacional.

EL SISTEMA POLÍTICO CUBANO REPRESENTA LA FORMA MÁS PURA Y GENUINA DE LO QUE DEBE SER UNA DEMOCRACIA
Esta última será la encargada de designar al próximo presidente del país, dado que Raúl Castro decidió no presentarse a la reelección.
De acuerdo a la legislación de la isla pueden votar todas las personas de nacionalidad cubana mayores de 16 años. El voto es optativo, directo y secreto.
Asimismo, la cantidad de personas que representarán a cada circunscripción en cada instancia (provincial o nacional) está estipulada por ley.
Como informa CubaDebate, para el caso de la Asamblea Nacional se elegirá un diputado cada 20.000 habitantes o fracción mayor a 10.000. Así, en el caso de que la circunscripción tenga 30.000 habitantes, se elegirán dos representantes.
Cada persona puede votar por uno, varios o todos los candidatos que aparezcan en el boleto de votación. Sin embargo, para ser electo, cada postulante debe recoger la mitad más uno de los votos de su circunscripción.
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Pues señor mío, desde comienzos del siglo XIX los pueblos del mundo occidental se fueron «aclimatando» a repúblicas y monarquías a las que los partidos políticos comenzaron a legitimar, hasta que en el siglo XX esos colectivos devinieron en uno sólo con nombres variopintos, porque todos aplican como norma fundamental el neoliberalismo (el capitalismo es un término muy en la línea trotskista) y, por tanto, la economía de mercado.
Cuba prefirió la democracia directa y no la representativa, todo un logro en aquel 1959, aunque bien es verdad que si se ha mantenido incólume, pese a miles de agresiones, atentados y bloqueos, fue por la bravura del pueblo mambí y por el tratado de defensa que asumió la URSS y que aún está vigente, aunque la Federación eslava se haya metido de cabeza en ese mercado libre, pero conservando su militancia antifascista en todas sus formas.
Los héroes del ejército Rojo siguen siendo eso, glorias de la historia a quienes se venera y respeta, pero en Rusia un sistema como el cubano no funcionaría en lo absoluto, por razones étnicas, geográficas, culturales e históricas. Yo sí creo que la democracia representativa es diferente en ese territorio que en los EEUU, o España (que sigue prisionera del franquismo) y a las pruebas me remito.
Las revoluciones, como las experiencias propias, no son traspantables, por mucho que usted quiera y sueñe con su revolución. Y ese neoliberalismo con «rostro humano» no es tal, pero sí es diferente en un lado que en otro. No me negará que el sistema político de Dinamarca u Holanda no se parecen al de México o Colombia, Honduras o Paraguay, estados terroristas donde los haya, como Perú, Panamá o la Argentina de Macri.
La revolución cubana o venezolana no son exportables a Europa, pero siempre defenderé la idea de que en este viejo continente los partidos de izquierda deben seguir luchando por los DDHH y una vez logrados, ir renovando constituciones y leyes electorales para llegar a disfrutar en un tiempo futuro de una democracia participativa que asegure más igualdad, que no igualitarismo.
Por tanto, una cosa es que usted no crea en ese capitalismo con rostro bondadoso y otra que este régimen democrático a todas luces siniestro, pudiera «humanizarse» lo suficiente (habrá que seguir luchando) como para convertir a un país como España en una nación plural, justa, equitativa, pacífica, culta, y por tanto, libre.
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Gracias por su respuesta, señor Royuela.Seguro que aprenderé de ella.
Pues de eso se trata: de discrepar o de estar de acuerdo.
Un saludo cordial.
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¿A las y los entusiastas de ese invento llamado «El Capitalismo de rostro humano» no les convence la DEMOCRACIA CUBANA, cuyo soporte es su sistema político?.
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