NOTA.- Soy Germán Mejía Vallejo, periodista colombiano, homosexual, comunicador audiovisual, enamorado de las letras, los besos, la Luna, el pistacho y la ortografía.
“Cuando me levanté a consumir medios y revisar las redes sociales, como es mi costumbre, me sorprendí al encontrar en mi Facebook un derrame de arco iris que encandelillaba con su luz, irradiando muchas cosas, menos claridad sobre lo que significa realmente ser gay. Todos hablaban de la Marcha del Día del Orgullo Gay.

EL ARTÍCULO INCIDE EN DOS TEMAS IMPORTANTES: EL DESFILE DENIGRA A LA MUJER Y A LOS HOMOSEXUALES, AL CONVERTIRSE EN UN ESPECTÁCULO MACHISTA, PATÉTICO, PERO HOY UN NEGOCIO MILLONARIO PARA ESE MADRID DE “PROGRESO”… PARA UNOS POCOS
Yo no entendía qué querían mostrar en sus fotos y vídeos; cuál era el concepto bajo el que guiaban el encuadre y, aún sin saber de ley de tercios o profundidad de campo, sí sabía que las fotos tenían de todo menos contenido y seriedad.
Hombres desnudos, mujeres disfrazadas de camioneras, prospectos de travestis emulando la peor escena de cabaré y un séquito casi inacabable de afeminados, engrosaban la marcha donde se veían ríos de homosexuales y unos pocos heterosexuales que solo gritaban arengas despectivas y tiraban papelitos de colores, harina y donde destilaban vulgaridad, pero que en ninguno de los pasos dados sobre altas plataformas y zapatos multicolores se veían pisadas de real orgullo e identidad.
Me pregunto qué fin tiene hacer una marcha donde se reclame o trate de exigirse el reconocimiento de derechos civiles y legales, para los que gustamos de alguien del mismo sexo.
Eso cae por su propio peso: “desfilar” (porque no se marcha) tratando de convencer a los demás que nos sentimos felices de ser gays es, tácitamente, admitir que los homosexuales somos diferentes o menos que los heterosexuales y eso no es así, pues aún no he visto la primera marcha de heterosexuales donde griten lo felices que son de amar a los de sexo opuesto.
¡Hasta para eso necesitamos entender que estamos en el mismo nivel!
Amar entre iguales no es nada distinto, eso es claro; lo que no me queda claro es para qué marchar y menos por qué hacerlo, ratificando el cliché sobre el que una sociedad miope ha recreado al homosexual: un “mariquita” lleno de plumas, de excesos, de banalidad y de promiscuidad desbordada.
¿Será que en ese circo andante y rimbombante sí hay algo por lo cuál sentirse orgulloso y con lo cuál llamar realmente la atención de las personas y de las instituciones?
El día en que los homosexuales médicos, políticos, sargentos, abogados, odontólogos, periodistas y demás profesionales, que aman a alguien de su mismo sexo o simplemente disfrutan la compañía de alguien que tenga lo mismo en medio de las piernas y marche en silencio, o sin él, pero con respeto y con razones claras que disten más allá del vulgar e inoficioso bullicio, el grotesco y burdo desnudo y multicolor recorrido, sin acciones e intenciones claras, ese día marcharé no solo yo, sino que estoy seguro que muchos de esos que se meten en el clóset o se esconden por miedo a la burla, saldrán ORGULLOSOS de ese escaparate monumental en el que los mismo homosexuales nos hemos encargado de meter a los que, siendo gays, creen que es viable y hasta pertinente dar ejemplo de solidaridad, de respeto y de talento, para no solo ser burlados por “maripositas”, alborotados y, en últimas, “degenerados”.
¡Es una marcha por la igualdad y la dignificación del ser homosexual, no una comedia que produzca risas entre los que como espectadores se burlan del “plumero” en el que este espectáculo casi circense se ha convertido! ¡El hombre al que las palabras le arrebataron la vergüenza!
¿No será más bien que así logramos darle la razón a los homófobos que piensan que los homosexuales son una partida de amanerados, “mostrones” y cuyo “sexo es sucio y excremental”?
http://conlaorejaroja.com/dia-del-orgullo-gay-una-marcha-por-los-derechos-o-un-desfile-de-mariquitas/
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¿Un marcha por los derechos o un desfile de mariquitas? Pues las dos cosas: una marcha para exigir el derecho de mostrarse tal como son. Eso es el orgullo y por eso se llama orgullo. El ambiente festivo, disfraces, bailes, etc. son añadidos, los hay en cualquier celebración, desde un festival de fin de curso hasta las fiestas del pueblo pasando por una boda. Pero lo fundamental del orgullo, como su nombre indica es: “así somos y así nos mostramos”. Todo lo demás es homofobia, por mucho que se intente disimular con buenos pensamientos y palabras correctas. Decir que los gays tienen que comportarse como heteros es heteronormatividad. Y es lo mismo que decir “yo no soy racista, pero los negros que no salgan de casa que no me gusta verlos por la calle”. El afeminado es afeminado. O lo aceptamos, o lo escondemos. El problema que tiene la “gente de bien” es que los afeminados ya no se quieren esconder más. Ahora les corresponde a ellos liberarse, tal como se liberaron en su día los esclavos negros, o tal como fue la liberación de la mujer. Y como en el futuro será la liberación de los animales. Así que el debate sobre si aceptamos a los gays o los escondemos, ya no va con estos tiempos. Ahora estamos en pleno “me voy a mostrar como soy y si no te gusta mira para otro lado”.
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No me gustan los lobbys, sean de la índole que sean.
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Lo más despreciable es montar un negocio inmenso, promocionado y protegido por aquellos que dicen estar en contra del capitalismo, engendro que explota incluso la “defensa de los DDHH”, mientras los incumple reiteradamente, desde hace decenios, en todo el mundo.
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los LGTB de nuestro país,en PERU deberían de aprender a respetarse y respetar a los demás,que aquí hacen lo mismo y mucho peor ,mas alla de su derecho como seres humanos,pues son una minoría y como tal deben de uibicarse en la sociedad.
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En realidad el sistema manipula la mariconeria ( no el homosexualismo) como muestra
de la libertad dpersonal en el sistema, que de eso no pasa.
De ahi la consigna de …….. o judio o maricon para triunfar.
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Vallejo, Colombiano; alguna relación con el otro Vallejo, el Fernando que despotrica contra los papas, anticomunista y que escribe de puta madre mientras se muestra claro en su elección por los animales versus el hombre a la vez que ama a los hombres y desprecia a las reproductoras mujeres? Por lo demás aplaudo el articulo de Germán Mejía Vallejo por lo acertado de su crítica a esas carnavaladas que suelen ser las marchas del orgullo gay en cualquier ciudad de cualquier país. Que lejos de la imagen solidaria, dolorida, militante de los gays en los 80 que cuidaron y enterraron miles de cadáveres sidosos que la sociedad ignoraba/despreciaba/deseaba su suerte. Esos eran y son los doctores, los maestros, los políticos- creo que es una pena que sean sargentos- los hombres y mujeres que disfrutan de su sexualidad con ganas y gusto sin llamar la atención y sin pedir permiso.
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