La reunión ha sido presidida por China; en relación con la situación en torno a la central nuclear, el representante permanente del país asiático, Zhang Jun, instó a todas las partes involucradas en el conflicto de Ucrania a sentarse a la mesa de negociaciones.
La palabra fue cedida al director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, quien advirtió que, pese a que los expertos de la organización han concluido que actualmente «no hay amenaza inmediata a la seguridad nuclear como resultado de los ataques o de otras acciones militares», la situación «podría cambiar en cualquier momento».
«Cualquier catástrofe nuclear sería inaceptable y, por lo tanto, la prioridad y el objetivo tienen que ser impedirlo a toda costa», remarcó Grossi, subrayando que «la responsabilidad común» es hacerlo de «forma urgente».
El director del OIEA propuso desplegar una misión en Zaporozhie.

Los ataques realizados por las Fuerzas Armadas ucranianas contra la central nuclear de Zaporozhie, situada en el sureste de Ucrania y considerada la tercera mas grande del mundo, amenazan con «consecuencias catastróficas para un vasto territorio», incluida Europa, declaró este lunes el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
Los funcionarios precisaron que el bombardeo se realizó con un proyectil de racimo de 220 mm del sistema de lanzacohetes múltiple Uragán, cuyos elementos de metralla impactaron contra la zona donde se almacena el combustible nuclear usado y dañaron un puesto automatizado de control radiológico, ocasionando pérdidas de estructuras administrativas y afectando el territorio colindante al depósito del combustible.
El domingo, las autoridades de la ciudad de Energodar denunciaron que militares ucranianos lanzaron el sábado en la noche un nuevo ataque contra la central nuclear.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó el ataque y lo tacho de «un nuevo acto de terrorismo nuclear», perpetrado para provocar «una catástrofe humanitaria en las provincias de Jersón y Zaporozhie».
En este sentido, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió que la situación en torno a la planta «se vuelve cada vez más peligrosa». Indicó que solo gracias a las acciones de los empleados de la central y de los militares rusos, que garantizan la protección de la instalación, fue posible evitar un desastre.
«Las provocaciones ucranianas no se deben ocultar al público en general», expresó el diplomático en su canal de Telegram.
Polianski detalló que la convocatoria al intercambio fue pedida para mañana 11 de agosto, donde además abogaron por contar con la presencia del director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.
Alarmado por la situación y sus consecuencias, el máximo representante de la OIEA refirió recientemente al conocer sobre el bombardeo que la institución está «extremadamente preocupada» por los ataques registrados cerca de la central, al mismo tiempo advirtió que el riesgo de una posible catástrofe nuclear es «muy real».
Grossi llamó a las partes del conflicto a ejercer la máxima moderación en las proximidades de esta importante instalación nuclear y condenó cualquier acto violento llevado a cabo en la central, en sus alrededores o contra su personal.
Las autoridades de la ciudad de Energodar, donde está ubicada la planta atómica, denunciaron el pasado domingo que militares ucranianos lanzaron un nuevo ataque contra la central nuclear de Zaporozhie.
En concreto, precisaron que el bombardeo se llevó a cabo con un proyectil de racimo de 220 milímetros del sistema de lanzacohetes múltiple Uragán, cuyos elementos de metralla impactaron contra la zona donde se almacena el combustible nuclear usado.
Ante este suceso, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, afirmó la víspera que con los recientes ataques perpetrados por el Ejército de Ucrania contra la instalación atómica, Kiev toma como rehén a toda Europa.
En ese contexto, la funcionaria señaló que, apuntando su artillería contra los reactores activos y el almacén de combustible usado, «los ucranianos están apuntándose a sí mismos».
Por su parte, el jede del servicio de prensa presidencial ruso, Dmitri Peskov, declaró este lunes que los ataques contra la instalación de Zaporozhie amenazan con «consecuencias catastróficas para un vasto territorio», incluida Europa.
El vocero refirió que las ofensivas contra la instalación son «una actividad potencial y extremadamente peligrosa», mientras expresó la esperanza de que los países que disponen de «la influencia absoluta sobre el liderazgo ucraniano» la usen para excluir este tipo de acciones.
FUENTE: PRENSA LATINA